Fenicia

Antiguo nombre de una estrecha franja de territorio en la costa este del mar Mediterráneo, actualmente forma una gran parte del actual Líbano. El territorio, de aproximadamente 320 km de longitud y entre 8 y 25 km de ancho, estaba limitado al este por la cordillera del Líbano. La frontera sur era el monte Carmelo; la frontera norte probablemente el río Eléutero, actualmente denominado Kabir, que limita el sur del Líbano.

Orígenes antiguos

Aunque sus habitantes tuvieron una civilización homogénea y se consideraban una única nación, Fenicia no fue un estado unificado sino un grupo de ciudades-reino, una de las cuales normalmente dominaba a las demás. Las ciudades más importantes eran Simyra, Sarepta (Sarafand), Biblos, Gabala, Arados (Ruad), Akka (Acre), Sidón (Sayda), Tripolis (Trípoli), Tiro (Sur) y Berito (Beirut). Tiro y Sidón se alternaron como emplazamientos del poder gobernante.

Los fenicios, llamados sidonios en el Antiguo Testamento y fenicios por el poeta griego Homero (debido al color púrpura, producción habitual de Fenicia, que en griego es phoinikes), eran un pueblo de lengua semítica, relacionados con los cananeos de la antigua Palestina. La investigación histórica indica que fundaron sus primeros asentamientos en la costa mediterránea hacia el 2.500 a.C. Al comienzo de su historia, se desarrollaron bajo la influencia de las culturas sumeria y acadia de la cercana Babilonia. Hacia el 1.800 a.C. Egipto, que comenzaba entonces a formar un imperio en Oriente Próximo, invadió y controló Fenicia, conservándola hasta cerca del 1.400 a.C. Las incursiones de los hititas contra Egipto ofrecieron a las ciudades fenicias la oportunidad de revelarse, y hacia el 1.100 a.C. se independizaron de Egipto.

Nación de comerciantes

Con un gobierno propio, los fenicios se convirtieron en los mejores comerciantes y marineros del mundo clásico. Las flotas de las ciudades costeras viajaron por el Mediterráneo llegando hasta el océano Atlántico; otras naciones competían por emplear barcos y tripulaciones fenicias en sus flotas. Las ciudades-reino fundaron muchas colonias comerciales, principalmente Utica y Cartago en el norte de África, en las islas de Rodas y Chipre en el mar Mediterráneo, y Málaga (Malaka), Adra (Abdera), Almuñécar (Sexi) y Cádiz (Gadir) en el sur de la península Ibérica, o Ibiza (Ebussus) en las islas Baleares. Durante el siglo VIII a.C. las ciudades fenicias fueron conquistadas por Asiria. Cuando cayó Asiria a finales del siglo VII a.C., Fenicia, exceptuando Tiro, que continuó manteniendo su independencia hasta cerca del 538 a.C., fue incorporada al Imperio caldeo de Nabucodonosor II y, en el 539 a.C., formó parte del Imperio persa. Bajo dominio persa Sidón fue la ciudad principal de Fenicia. Desde el siglo VI a.C. Cartago impuso su dominación a las ciudades fenicias fundadas en Occidente.

Relieve de un barco fenicio
Relieve de un barco fenicio

Cuando Alejandro Magno invadió Asia Menor y derrotó a Persia en el 333 a.C., Sidón, Arados y Biblos capitularon ante su ejército. Sin embargo, Tiro rechazó someterse y Alejandro sitió la ciudad durante siete meses antes de caer en el 332 a.C. Tras ésta derrota, los fenicios perdieron gradualmente su identidad diferenciadora hasta que fueron absorbidos por el reino de los Seléucidas. Las ciudades fueron poco a poco helenizadas y en el 64 d.C., incluso desapareció el nombre de Fenicia, cuando el territorio se convirtió en parte de la provincia romana de Siria.

Contribuciones

La contribución fenicia más importante a la civilización fue el alfabeto. Se les atribuye la invención del tinte de púrpura, llamado púrpura de Tiro, y del cristal. Sus industrias, principalmente la fabricación de textiles y tintes, la metalúrgica y la fabricación de cristal, fueron conocidas en el mundo clásico. Las ciudades fenicias fueron famosas por su religión panteísta. Cada ciudad tenía su deidad especial, normalmente conocida como Baal, o señor, y en todas las ciudades el templo era el centro de la vida cívica. La deidad fenicia más importante era Astarté.

Estela funeraria fenicia
Estela funeraria fenicia

Joyas fenicias
Joyas fenicias

Exploraciones

Los viajes y colonizaciones que los comerciantes fenicios llevaron a cabo durante el primer milenio antes de Cristo fueron el más importante esfuerzo exploratorio hasta ese momento. Fenicia, que se corresponde más o menos con el actual Líbano, se encontraba situada en un lugar privilegiado para el comercio tanto terrestre como marítimo, rodeada por los imperios egipcio y el de los hititas. El pueblo fenicio era un conocido productor de cristal, de un tinte color púrpura muy codiciado y de madera de cedro procedente de los bosques de Líbano. Las colonias se levantaban en ciudades-estado como las de Tiro, Sidón y Biblos. Parece ser que los navegantes fenicios fueron los primeros que se sirvieron de la Estrella Polar en sus viajes, con lo que consiguieron navegar fuera de los límites del mar Mediterráneo. El rey Salomón de Israel, en el año 950 a.C., mandó a los fenicios en una misión comercial al mar Rojo, en la que posiblemente llegaron a la costa del suroeste de la India (lugar en donde la influencia fenicia ha sido probada) y a Sri Lanka. Además, los fenicios fundaron la ciudad de Gades, en la costa atlántica de España, ciudad conocida en la actualidad como Cádiz. Hacia el año 600 a.C., como cuenta el historiador griego Herodoto, el faraón egipcio Nekó, que buscaba una solución alternativa a la de reconstruir el canal que había quedado en desuso entre el río Nilo y el mar Rojo, encargó a un grupo de fenicios que circunnavegaran África (tierra que el faraón creía que sería de un tamaño no mucho mayor que su reino), siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Con ello pretendía comprobar si podía existir una nueva ruta comercial viable. La expedición fenicia tardó tres años en circunnavegar los 36.600 kilómetros del litoral africano, y tuvo que detenerse dos veces (seguramente cerca de lo que es en la actualidad Ciudad del Cabo y Senegal) para recolectar trigo y poder continuar el viaje. El hecho de que el relato no conste en ninguna otra fuente ha llevado a muchos historiadores a considerarlo como falso. Sin embargo, la observación de Herodoto de que mientras navegaban rumbo oeste, bordeando el extremo meridional del continente, los marineros comprobaron que el sol, al mediodía, se situaba al norte (dato absolutamente correcto tratándose del hemisferio sur), parece constituir hoy día la información más auténtica del relato, aunque ni siquiera el mismo Herodoto parecía creerlo.

Moneda fenicia
Moneda fenicia

Después de la conquista de Tiro por Nabucodonosor en el año 573 a.C. tras un largo asedio que duró trece años, los fenicios establecieron la nueva capital en Cartago, en la costa norte de África, y a partir de entonces fijaron su atención en el oeste. Los fenicios consiguieron controlar el paso por el estrecho de Gibraltar y además descubrieron las islas de Madeira, Canarias, y Azores. Posteriormente, durante las dos expediciones que tuvieron lugar en el siglo V a.C., consiguieron llegar más lejos aún. En la primera de ellas, bajo el mando de Himilcón, los navegantes fenicios siguieron el litoral de Francia, cruzaron el canal de la Mancha y llegaron a Cornualles, lugar de donde procedía el estaño con el que los fenicios habían comerciado, como mediadores, durante años. En la segunda, Hannón condujo en un viaje al sur de la costa atlántica de África a aproximadamente unos 30.000 colonos, fundando seis colonias. Además, exploró el Senegal, los ríos de Gambia y la costa sur hasta Sierra Leona o Camerún.

Durante la siguiente centuria, el desafío de los marinos griegos contra la preponderancia fenicia en el Mediterráneo, y las guerras púnicas que finalizaron con la destrucción de Cartago por los romanos en el año 146 a.C., pusieron fin a la historia de la exploración fenicia.

Bibliografía:

Autor: Ricardo Santiago Netto. Argentina

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